25/1/16

Saturday Night Wine: Pétalos 2011

Se organiza una cata para hacer descubrir, en otras tierras, esas pequeñas grandes variedades que se ocultan, bien a la vista, incluso para los mismos autóctonos. Y ahí estoy yo, apasionado de esas uvas oriundas y lejanas que tantas alegrías nos dan, para guiarla, conversarla y compartirla, que no impartirla: que eso queda demasiado serio...que eso es frío...que parece trasnochado. Ahí aparecen la Bobal, la Graciano o la Mencía, misteriosas y con ganas de conocer a otros vecinos lejanos, que con los cercanos siempre, pensamos, hay un momento para compartir un chato.

Comienzo por el último vino catado pero que, para muchos, fue el primero si de pódium se tratase: Pétalos 2011. Llega cuidado en su fondo y en su forma, con una presentación exquisita y hermosa, de esas que se quedan grabadas en la memoria a fuego de colores sobre vidrio de curvas borgoñonas. Elaborado por Descendientes de J. Palacios con la berciana uva Mencía,  se viste de rojo cereza oscuro. En nariz es muy intenso, envolviéndonos las notas de cacao en un primer momento, para dar paso a recuerdos licorosos de cereza, sutil clavo...y ahora recuerdos balsámicos. Se acumulan los aromas, se pasean, van y vuelven, muy educados y sin empujones. Y yo vuelo hacia colinas empinadas, oscura pizarra, brumas y castaños. En boca es equilibrado, con un buen ataque ácido, tanino goloso, muy pulido, largo y repleto de nuevas sensaciones: toffee y tenue torrefacto...y ahora frágil violeta. Largo. Un placer elegante y fino.

Me llega la imagen de un apetitoso guiso de cordero con ciruelas, de una liebre con setas en cazuela o también de una bandeja de pimientos rojos rellenos de salmón. Emplazo a Pavlov.

Vinieron este día leales al vino; amigos que, desconociendo la existencia esta variedad, la adoptaron con mimo y, ahondando en su alma, se convirtieron en sus amantes. Seguro estoy: jamás se olvidarán de ella.

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